Pensábamos
que se venía una tormenta – pero era raro porque llegaba del sur. Las nubes se
empezaron a poner más y más negras y nos dimos cuenta que no era que se venía
el agua sino lo opuesto: un tremendo incendio que avanzaba rápido con el
viento. Cuando llegamos a ver el fuego ya estaba cerca y los bomberos en el
terreno de al lado, tirando tierra al pasto seco. ¿Técnicas sureñas para
combatir el fuego? Yo entré en casa, agarré a los animales, el chelo y la compu
y le toqué la puerta a Eli, que estaba dándose una ducha. Dale que viene el
incendio. Y ella tranquila… “ahorita” me dice la mexicana. Y yo “dale que viene”.
Teníamos toda la camioneta cargada y enfilábamos para el pueblo a ver dónde
pasábamos el resto de la noche, pero los bomberos lograban por fin apagar el
fuego y salvar la casa, nuestro terreno, nuestro bosque. Y yo pensaba “tengo
una buena entrada para el blog.”
Y
ahí me desperté. Y fue un poco una decepción porque ya no era una aventura
real, pero lo cuento igual así le echamos algo de dramatismo a la historia.
Pero tranquilos: no hubo incendio, está todo bajo control. (Está todo
sequísimo, pero incendios todavía no).
Como
con el incendio, me obsesionan algunos desastres naturales, sobre todo el tema
de la inundación. Hay quienes dicen que la represa podría romperse y todo el
valle quedaría bajo agua. En el pueblo hay lugares (altos) que tienen el cartel
que dice: “Usted está en cota segura”. Ahora bien, yo me pregunto: esto es algo
oficial? Yo podría quedarme bajo agua de un día para otro? O es una movida
inmobiliaria, porque todo lo que se lotea ahora es en las lomas? Cómo saberlo.
A veces pienso en mandarme a la municipalidad, pero me anticipo y me imagino la
cara de la mina que me atienda y se me pasa el ímpetu. La burocracia, el
desconocimiento, Usted comprenderá.
En
el plano de los enemigos cotidianos (más allá de los incendios y las inundaciones
– qué radical que se pone el valle en materia de hecatombes!) hay algunos con
los que combatimos a diario: Tomi lucha contra las plagas que le van llegando,
de a poco, a la huerta. Primero fueron los “chapulines” (saltamontes, grillos,
langostas, no sé cómo se llaman a esta altura del partido) que están por todos
lados creciendo y creciendo. A ellos les gustaban las hojas de remolacha y la
acelga. Ñam ñam ñam. Pero Tom les hizo trampas de agua, porque una vez que
entran al tarrito con agua, chau, no salen. Y después, pin, al gallinero. And
let the show begin (al final es un sádico el Tomi, eh?). Pero ahora resulta que
hay unos bichos negros que morfan más y se van mudando: ahora parece que están
con las hojas de la papa. Entonces Tomi va probando: alcoholajo, ahora va a
hacer la mezclita de ortiga podrida en agua. Ah, y ya plantó ajenjo. Letal mix.
A ver qué pasa.
Yo
peleo contra los cardos. Cardo que me encuentro, cardo que piso hasta que hace
crac. Pero parece que nunca se termina la tarea, siempre hay más… molinos de
viento, Sancho.
Las
gallinas andan bien: tuvimos una primera crisis en la que las dejamos salir y
se nos perdió Mirta (la copetuda). Pero la recuperamos entre los sauces. Y se
readaptó – ahora ya no le “pegan”. Es que, claro, llegaron las trillizas. Son
tres pollitas iguales irreconocibles para nosotros, así que así quedaron. Las
trilli. Bueno, llegaron ellas y ahora, todas las otras, las “antigüas”, le
pegan a las chiquitas. Al final son unas zorras las gallinas. Ninguna se puso
clueca así que todavía ni noticia de los pollitos, pero no perdemos la
esperanza. Y ya empezaron a salir de nuevo y todas vuelven – bien. Integración:
10 puntos.
El
Colo y la pinche Eli llegaron a Trevelin para instalarse, ¡muy groso! Se está
armando la comunidad (y se van acabando los terrenos, eh? Al que corresponda:
pónganse las pilas).
Queda
poco para que empiece el verano… ¿ya llegamos al verano?! Uaj.
Cambio
y fuera.
La cara (bonita y peligrosa) del enemigo.
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