jueves, 22 de agosto de 2013

21 de agosto: Feriado por nieve



 ¿Vieron que en algunos lugares donde nieva MUCHO se suspenden las clases, se reduce el flujo del transportes públicos, etc? Bueno, en Trevelin NO nieva mucho, pero si nieva un poquito, cierra todo. Para mi es más por una cuestión de alegría que de imposibilidad… digo, es cierto que no hay maquinaria para sacar la nieve de los caminos, que la nieve causa estragos (ver foto del invernadero), que se caen las líneas de teléfono y celular, pero me gusta pensar que para la gente eso es una excusa y en realidad todos quieren estar en sus casas mirando la nieve (al fin y al cabo, pasa sólo 1 o 2 veces por año), jugando afuera con los niños, guerreando con bolas de nieve, armando muñecos… la otra vez me contaba una chica que en otra época, cuando caía mucha más nieve, había concurso de muñecos de nieve: todos los pibes armaban uno en el jardín de su casa y el jurado iba pasando por cada casa, evaluando. Entonces: es cierto, es muy mediocre que nadie labure, que no haya máquinas, etc, pero quizás es más lindo pensarlo así: es romántico, que la gente se siga emocionando con la nieve, ¿no?
Lo que pasa en el rancho: Tom estuvo por el pueblo (yo soy de los que se quedan en casa) y me dijo que en un lugar, casi el único abierto, no había sistema. El resto, todos cerrados. Feriado por nieve. Él está un poco indignado porque tampoco puede terminar el techo del gallinero (ver foto) ni preparar la tierra para la primavera. Pero aprovecha para seguir con otras cuestiones (llámese invernadero “movible”, colocación de puertas y ventanas en el gallinero, preparado de “senderos” para la camioneta (se avecina un ZARPADO lodazal), etc). Ajo es un perro feliz, come nieve, se acuesta, escarba – como si no fuera agua helada. Yo leo, corrijo, miro por la ventana. Escribo, limpio un poco, salgo a dar una vuelta y escuchar el crunchi crunchi de la nieve. Saco fotos y vuelvo a entrar. Ahh, la vida de trabajar desde casa. Al que pueda, se lo recomiendo. Y si es en el sur, ni les cuento.
Hace un rato empezó a caer una llovizna – sucia, mugrosa llovizna. No sólo me derrite toda la blancura del valle sino que trae a la luz las innegables consecuencias del barro que les comentaba más arriba. Y bué, gajes del oficio que le dicen.  Pero el año que viene no me va a agarrar desprevenida: sin trineo, el próximo invierno no comenzará. Palabra de niña exploradora.

El invernadero cuando nos despertamos:


 El invernadero después de que Tomi Macgyver Bajar se pusiera manos a la obra:




Un muñeco de nieve que me encontré por ahí. Pobre, medio derretiduchi:


ATENCIÓN: parece que este va a ser el día más frío del año en Trevelin: se avecinan los -12 grados (sí, leiste bien)  esta noche. Le hacemos frente a todo, no tenemos miedo, venceremos. (Sigo sosteniendo que acá, 0 grados o -1 grado NO ES LO MISMO que en Buenos Aires. Una bobadita. Cuando allá se congelan con 6 grados (¡por favor!), acá con -12 nos la pasamos deluxe. Fíjense dónde quieren estar viviendo. Fíjense. 


Comentario aleatorio (y no por eso menos importante): A quien le pueda interesar, hoy he hecho un HALLAZGO si igual. Vengo luchando con el polvo hace meses, no entendía el tema de pasar una franela por todos lados, tener que lavarla cada vez, y que a los dos días estuviera todo el polvo ahí mirándome como si nada hubiera cambiado en el mundo. Bueno, Tom me decía: “plumero” y yo: “ay, por favor, Tomás, pasás el plumero, el polvo sale volando y vuelve a caer en el lugar!”. Hoy me trajo uno, lo probé. Soy feliz.
Les voy a pedir a los que ya conocían este implemento fantástico que no sean tan egoistas con la información la próxima vez. A los que no lo sabían y se avergüenzan de asumirlo (a mi me dio un toque de vergüenza conocerlo a los 30 – más todavía considerando que tenía uno en Santos Dumont que jamás usé), no hace falta que digan nada, pruébenlo y denle la oportunidad de que les cambie la vida para siempre.  (La ecuación es: plumero (3 segundos), escoba (2 minutos). Y listo. Posta.)

lunes, 19 de agosto de 2013

16 de agosto: 100% actividades granjeras



 Ustedes dirán: seh, estos juegan a que viven en el campo pero tienen compu, tienen ipad, tienen ipod, ipid e apud. Y después pensarán, por favor, ni se deben ensuciar los zapatos. Y después, ¡por favor! ¿Con loza radiante? ¡Así cualquiera sobrevive dignamente el invierno en Trevelin! Todo eso deben pensar. Así que yo vengo a demitificar un cachito. Un cachito nomás porque es cierto que tenemos ipad, ipod, ipid e ipud y es cierto que tenemos una zarpada calefacción que patea traseros.
Pues bien, hoy, condensadas en pocas horas, tuvimos un par de situaciones bien granjeras – a saber:

-mientras desayunábamos vimos las vacas (que tienen vía libre para pastar en dos de los terrenos a la venta: están cortando el pasto para dejarlos prolijitos prolijitos para tentar cada día más a nuestros amigos indecisos) morfándose el pasto del terreno que está frente a nuestra casa. Anoche llovía y no cerramos la tranquera – malísimo. Bueno, salimos, Ajo y yo al principio, bravos valientes, revoleando un palo yo (un palo que de a ratos Ajo intentaba robarme, ¡ridículo!) y haciendo ruidos, canciones para vacas del estilo: “¡Vamo´ vaca´! ¡Que este no es su lugar para comer! ¡Fuera, fuera de este lugar!” – se podría decir que el tono era medio delirante: mezcla de campo con ciudad freudiana y una mente hiper influenciada por libros infantiles donde los humanos y los animales se comunican así nomás, fácil y sencillo.
Bue, el resultado no fue el mejor. Entre Ajo que derepete hace su “trabajo” y de repente hace cualquiera, empezamos a arrear las vacas, pero se me retobaban y zaz, se me iban para el otro lado. Ahí me dije, es difícil arrear de a uno y con un perro sobre excitado.
En ese momento salía Tomatis al rescate. “Yo las arreo desde acá y vos mantenete allá así se van para el lado de la tranquera”. Dicho y hecho. Chau vaquitas, hasta la próxima.
La próxima no tardó en llegar.
Menos de una hora después estábamos con Tom hablando de no sé qué planes agrícolas (¡apa! Cosas de Tomatis…) y de repente veo que las vacas (¡las MISMAS vacas! No eran 4 o 5, ¿eh? ¡Como 50!) entraban a NUESTRO terreno. Sí, el terreno donde hay arbolitos mini intentando sobrevivir entre la arcilla. El mismo terreno que ya estuvimos removiendo porque estaba muy compactado por AÑOS de vacas apelmasadoras de tierra… nah nah nah. Salimos corriendo para “atajaras”. “¡Vos por allá, yo por acá!” – sí, así hablábamos, tipo estrategias de la granja… TEG un poroto. Bue, me armé con un nuevo palo y empecé de nuevo con mis cantos: “Vamos, vacaaaa´, ¡no se me haga la sorda!! Vamos que acá no es su lugar… este es MI terreno, y no pueden estar acá. Vamo vamo vamo (silbidos y movimientos con el palo)” y después “¡Dale, dale, Tom, que se van por ese lado!! ¡¡Apurate!!” (cuando las zorras se iban para el lado de la tirra removida.
Bue, lo logramos, fiu. En ese momento, recién en ese momento, hace su aparición Ajo, que venía de lo de un vecino (cualquiera) y no se quería perder la fiesta. La tranquera de nuestro terreno estaba abierta – raro. Si nadie la abrió… Bueno, empezamos a volver y nos damos vuelta a ver qué onda con las vacas y ¡ZAZ! La vaca reina (así la llamamos nosotros, la gente de granja) ¡¡¡estaba intentando abrir la tranquera!!!!!! Suena a realismo mágico, lo sé. Pero para que vean que no miento: ¡ACABO DE VERLAS ENTRAR DE NUEVO! Tomi ya fue al ataque. Estas sí que nos están dando batalla.
Las tipas aprendieron a abrir tranqueras. Qué será de nosotros (la gente de granja).

La segunda cosa no fue tan granjera, ahora que lo pienso, pero divertida: nuestros pollos, como saben, estaban viviendo adentro por el frío. Esa fue la razón por la cual los adoptamos. Bien: hoy fue un día hermoso, así que les hicimos un seudo corral con alambre y las sacamos para que tomen sol, repiren aire puro, rasquen el piso y coman bichitos. Tampoco es cuestión de que pierdan el instinto. Bueno, estaban ahí, tranquis, y de repente Miel, quien sabe cómo, estaba adentro de la jaula, persiguiendo a Beta, la más pequeña. ¡Malísima Miel! Aunque es su instinto también… pero bueno, ustedes ya saben, estos granjeros son granjeros 2.0… vegetarianos y todo eso. Así que ni hablar de violencia inter especies. Bueno, le revoleamos unos guantes a Miel para que entienda que ese instinto en esta casa está muy condenado y todo bien. Los gatos se acostumbraron al pío-pío, los pollos se coparon con el “afuera” y todos contentos. Pero por si acaso los metimos de nuevo – no queremos pollos engripados. Así de granjeros somos.

Algunas fotinas ilustrativas para que se deleiten, queridos amigos:


Clari arreando vacas (sí, esa manchita ahí a la izquierda soy yo, créanme).

Y abajo, la dulce Paprika poniéndose en contacto con su instinto salvaje (y Miel a lo lejos, reprogramando estrategias de caza):



Y mis pollos. 



martes, 13 de agosto de 2013

12 de agosto: ¡Confirmado!: el invierno es un poroto


Queridos amigos, los tengo sin noticias hace tiempo – lo sé. Sepan disculpar. Lo bueno, todo los sabemos ya, es que cuando no hay noticias es que las noticias son todas lindas y buenitas. Así andamos: de aquí a allá, haciendo cosas que nos gustan y disfrutando de cada día (sí señores, ¡el invierno también se disfruta!).
Qué contarles… sobre la aventura de plantar árboles frutales bajo una lluvia potente (Tomi no tiene piedad, no señor), sobre las andanzas automobilísticas en el cruce El Bolsón-Bariloche donde nos agarró una nevada que para qué te voy a decir (zarpados copos de nieve como algodón flotante fueron transformando todo el panorama en algo blanco blanco, en pocos minutos. Para que me crean y no piensen que exagero: ¡al día siguiente ese paso estuvo cerrado! Altos excursionistas el Tomi y la Clari, no me digan que no), o de nuestra estadía en la “Windy City” de General Roca, visitando a Sofi  y Damián, encontrándonos con Nati, conociendo la vida allá, conociendo el camino de las manzanas (desde que son árbol hasta que llegan a su lugar en una caja y esperan ser mordisqueadas por algún humano frutoso), charlando profundamente, filosofando de la vida (les ahorro la lectura, lo lindo es tener esas conversaciones irreproducibles, sabrán comprender),
“feriando” en la Feria del Libro de General Roca,
recomendando y vendiendo libros como loca.
 (Tengo que admitir que hubo una recomendación fallida: una señora se acercó para pedirme una novela para “una señora mayor que le gustan las novelas de drama”. Zaz, lo tengo, pensé. La omisión. Claro, lo que la mayoría de ustedes no sabe es que La omisión sí es un drama, pero no sé si da regalárselo a una señora mayor que no tengo idea qué onda. Para que entiendan, en síntesis, el libro va así: mujer queda viuda, se entera que su marido había sido homosexual todo tiempo y había tenido una vida paralela (de repente algunas escenas un toque “picantes”). Ponele que la señora mayor es muy “open mind” y la pegué. Así me trato de convencer a mi misma desde que me di cuenta que quizás hice quedar mal a la señora que le va a regalar el libro a la señora mayor).
Y fuimos por primera vez a la policía para avisar que no íbamos a votar porque estábamos a más de 500 kms de casa (fue un poco menos emocionante que la primera vez que voté, pero tuvo su onda).

¿Qué decirles? Las conclusiones son estas:
-Extraño a mis gatos, mi perro, mis pollos.
-Definitivamente quiero tener mi propia librería en un futuro (no lejano). APA.
-Mi abuela y yo tenemos el mismo gusto por las rosas: compré donde ella me dijo que compre las plantas y zaz, elegí todas las que ella ya tenía marcadas. Palabra de honor. (Instantes después de emocionarse porque había elegido las mismas que ella hubiera elegido, se frustró toda porque cuando la llamé ya me había ido del lugar y ella quería que le compre también, “pucha carancho”. Así son las fluctuaciones emocionales que corren por mis venas)
-Tomi quiere producir YA, terminar el techo del gallinero,
conseguir semillas, preparar plantines para el verano y hacer canales en el terreno.
AYUDA. (De verdad).

-El invierno en el sur es una paparruchada blandita y hermosa,
muy abrazable y graciosa. 

Para todos aquellos que no se copan tanto leyendo toooodo lo que escribo, y para los que leen también, acá van unas fotinas de este último tiempo.




Tom, con una campera ideal para plantar árboles bajo la lluvia y el fango y todas esas cosas.



Camino nevadito a Bariloche.



Camino bordeando el Nahuel Huapi.



Atardecer en General Roca.


Universo manzanal.



Cámara de frío para las manzanas - para algunos de nosotros, algo así como un OVNI.


Equipo.




Foto de campaña política: la candidata a senadora Huffmann, plantando un árbol de manzanas en el valle rio negrino. "En este mandato trabajaremos por los trabajadores, trabajando en el campo que trabaja". Grande Don Elías.


La senadora con su compañero de fórmula.



Bajar - tu vendedor de libros amigo.


Catando en la bodega Canale. 11am. (Y mejor no les muestro las fotos post bodega).



Los morci.


Tom y Nicanor.