Ha pasado el tiempo y han pasado cosas (¡y qué cosas!), claro que sí. Pero a
veces me pregunto cuánto puede interesar las nuevas aventuras de mis gallinas…
más bien, las nuevas masacres del gallinero. Entonces, pienso, mejor espero que
suceda algo nuevo, algo nunca antes visto, algo bien patagónico, para
entretener y contar y que los lectores se fascinen. Y ese algo llegó…
El martes por la noche, 23 horas, después de ver una
entrevista a Julio Cortázar en el café literario del pueblo, arranqué para
casa. Noche sin luna, bien oscura, pero de miles de estrellas. Venía pensando
en un cuento que ronda mi mente hace, creo, cerca de un año y todavía no he
podido sentarme a escribir por no saber dónde comenzar. Todo comienza con el
farol que cuelga de la entrada del cementerio, de las pocas luces que se ven
desde mi casa en una noche tan oscura… Entonces, venía pensando en eso y de
repente siento que por el rabillo del ojo veo un flash de luz. Para ese momento
estaba en el callejón que lleva a casa, bien lejos del pueblo, bien adentro del
campo. Sin detener el auto, miro hacia mi izquierda y nada. Todo negrura, todo
quietito, nada de ruidos fuertes. ¿Autos con luces altas? No le presté mayor
atención y seguí pensando en mi cuento mientras subía la cuesta que pasa por lo
de nuestro vecino Manuel.
Otra luz.
Vuelvo a mirar. Nada.
Entonces bajo la velocidad (detenerse no era una opción) y
me pongo a mirar fijamente hacia la montaña que hay hacia ese lado, el Nahuel
Pan. Y lo veo: una luz fuertísima saliendo, de repente, por detrás de ella. Lo
único que pude hacer fue retomar la velocidad anterior no sin cierta inquietud
y llegar pronto a casa para mostrarle a Tom lo que había visto.
Bajé de la camioneta y caminé rápido a casa – recuerden que
era una noche sin luna, bien bien oscura, con luces saliendo por detrás de una
montaña y con un cuento de cementerios en mi mente. Entré, cerré y apagué todas
las luces, subí el Black-out, lo desperté a Tom y le dije: mirá. Y lo vimos.
Luces que salían de la tierra. No eran rayos, no había explosiones, nada. Solo
luces potentes cada 20-25 segundos, a veces más. Intenté filmarlo, pero no se grababa.
Busqué en las redes sociales a ver si alguien decía algo.
Mandé mensajes de whatsapp a los vecinos amigos a ver si alguien más lo estaba
viendo, pero nada.
Barajamos opciones: la primera que se nos vino a la mente
¿acciones extraterrestres en la estepa? La segunda, ¿acciones militares? Raro,
sin sonido… ¿algún chacarero fanático de las fiestas electrónicas clandestinas?
No mucho más.
Seguiremos investigando, y tal vez algún día tengamos alguna
respuesta a semejantes incógnitas…
ERA HORA!!! Los extrañabamos!
ResponderEliminarBo... claramente era una visita extraterreste
ResponderEliminarDebe ser que como suspendieron todas las fiestas electrónicas en la capital se trasladaron ahí. Creo que viene por ese lado. Qué bueno volver a leerlos! Besos!
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