martes, 8 de septiembre de 2015

4 de septiembre: cosas de Trevelin



En esta entrada, un repaso de los últimos eventos sureños:
Un gaucho que arrea sus vacas en auto, un río que pasa por la puerta de nuestra casa y amenaza con entrar, un homicidio en Trevelin y una nueva bibliotecaria.

En nuestro callejón hay un señor que tiene vacas. Las compra flacas, las engorda, se morfa algunas y después las vende. Pero, para engordarlas, las lleva, cada día, a un terreno que tiene afuera del callejón. Entonces, cada mañana, en lugar del tránsito automóvil de la capital, tenemos un llamativo tránsito de vacas – y un auto. Porque el gaucho (moderno, de uno 25 años), vestido con boina, botas y bombachas de campo, se sube al auto de la novia y se lanza a arrear sus vacas en un chevrolette de 3 puertas. Y les toca bocina a las vacas para que se muevan. Y siempre, absolutamente siempre, vamos al pueblo cuando él está en su hazaña posmoderna. Otro dato de color: los perros que ayudan al gaucho posmoderno son perritos falderos (imaginamos que de la novia del gaucho también), bien chillones y mínimos. 



Otro tema: lluvias en el sur y correntadas. La semana pasada, en un arrebato climatológico, las lluvias decidieron descargarse sobre nuestras cabezas por muchas, muchas horas. Y por la mañana, fue mirar por la ventana y ver un río que cruzaba, a toda velocidad, por la puerta de nuestra casa. Literal, queridos amigos. Para salir de casa, había que hacerlo con botas de goma. O en kayak. 






Homocidio misterioso en Trevelin: para todos nosotros, ingenuos, que creíamos que en Trevelin “no pasa nada”, pafff, tomá: asesinato de un señor de 74 años en el jardín de su casa, apuñalado. Lo primero que uno, mente citadina, piensa es: “listo, la violencia llegó al pueblo, vamos a tener que empezar a tener cuidado.” Pero después la gente del pueblo te dice “y sí, la gente acá se pelea y se acuchillan”. Ya sabemos: mejor no pelear con nadie. (La policía de Trevelin está investigando, pero me pregunto ¿qué capacidad investigativa puede llegar a tener la policía de Trevelin, donde, como decíamos antes, no pasa nada? Ampliaremos cuando se descubra al asesino). 

(dada la sensibilidad del tema, no se ha fotografiado el caso)

El asesinato fue a media cuadra de la Biblioteca Popular y ¿a que no saben quién es la nueva bibliotecaria voluntaria de la biblioteca, los martes y jueves por la mañana? Su fiel servidora, ClaraMaríaPaz. Ah, sí, señores y señoras, la señorita ha descubierto una nueva pasión: ya sabe lo que quiere ser cuando sea grande. 



Última: parece que el gas llega hoy a nuestro hogar. Cruzamos los dedos…
¡Salud!