Hacer camping en invierno, ¿a quién
se le ocurre? En la Patagonia, menos que menos. Pero nosotros nos animamos a
todo – sobre todo cuando no nos queda otra. Llegamos de nuestras vacaciones.
Vacaciones con altas temperaturas y lindas playas. Y llegamos a Buenos Aires,
fresco, tranqui, húmedo. Y nos vinimos rapidito para acá porque ya extrañábamos…
y fue llegar y adaptarse al frío total. Nuestros amigos nos habían dicho: no
les queda más gas en la casa, pero no está haciendo nada de frío, así que
quedense piolita. No helaba hace días, así que el invierno venía leve. Pero fue
llegar y fue ver helar a borbotones. Por suerte Tom, antes de llegar a casa
dijo: compremos un calefactor eléctrico. POR SI ACASO. Bien ahí, Tomatito
cherry. Llegamos a la casa y sí, estaba fresca. Hicimos el ejercicio de salir y
volver a entrar para darnos cuenta que estaba mejor que estar afuera (te da la falsa
idea de que está calentita). Sacamos el calentador de la caja y lo prendimos. En
espacios grandes, lo comprobamos, no sirve para nada. Metámoslo en la pieza así
cuando vamos a dormir está calentito. Mientras, prendimos el fueguito, un poco para
cocinar, otro poco para calentar y tener un espacio un poquito más amable para
estar. Hasta ahí todo bien. Para que viniera el gas, nos dijeron, faltan
algunos días. Sin dudas la semana que viene (llegamos el viernes 7). Así que,
el fin de semana, íbamos a tener que surfear la ola de frío polar.
Sábado, todo bien, nos arreglamos
perfecto. Pero la leña se va consumiendo. El calentador funciona perfecto, hay
que apagarlo por la noche porque nos da demasiado calor. Increible sorpresa.
Domgino de elecciones PASO, Tom
se levanta temprano, se va a tomar mate. Clari sigue durmiendo como siempre. A
las dos horas, Tom vuelve a la cama. Se cortó la luz, dice. Y casi no nos queda
leña. Así que los dos se quedan debajo de los edredones mientras les dure el
calor y mientras las ganas de hacer pis no sean tan gigantes. Y después es
enfrentar la casa con un fueguito pequeño, para calentar el agua, para calentar
la casa, para cocinar. Confiamos en que la luz va a volver. Confiamos que el
gas va a llegar mañana. Y nos tomamos estos días como una aventura de fin de
semana, camping en nuestra propia casa.
El calor gatuno fue clave ahí. Que bien por los votantes sureños! Besos y abrazos de calor humano.
ResponderEliminarUstedes saben cómo generar calor humano. Abrazos del alma para ambos
ResponderEliminarNo se porque pero gran boda gran soy Lau Levin, je!
ResponderEliminar