…y con él, el día más cortito del
año. Pues bien, pudimos echar por tierra todos los fantasmas que nos acosaban
con este tema. Señoras, señores, el día más corto en Trevelin dura unas lindas
9 horas: de 9.15 a 18.17 – GROSO. Nada deprimente, nada que temer.
Hoy tuvimos un lindo comienzo de
viernes (feriado) lluvioso, hermoso para quedarse en la camucha (y no
preocuparse por ir a regar el bosque nativo). Amanecer tarde, enyoguizarse un
poco, desayunar más tarde todavía, arrancar el día (Tomi con sus maderas y
dándole los toques finales a la cucha de Ajo, Clari intentando bajar mails,
practicando digitación con la mano izquierda a ver si mejora el tema
chelístico), almorzar y ¡oh sorpresa! Sale el sol. Y así empieza nuestro
invierno: prometedor. Con rayos de sol y lluvias que nutren nuestra
tierra. Lo que sí hubo fue
(especialmente ayer por la noche) un viento de OSTIA. Sonó power (y se oyeron
maderitas de Tom volando por todo el prado). A nosotros nos dijeron que en
invierno no había viento… pero bué. Bienvenimos todo lo que tenga que venir.
Por la tarde hicimos un saludo al
nuevo año con exquisito ensamble de cuerdas y dijiridú. Improvisación de música
contemporánea - sólo para oidos finos (¡!).
Y ahora estamos expectantes.
Y ahora sí: a pasar el primer
invierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario