sábado, 25 de mayo de 2013

21 de mayo: alta montaña



Estábamos esperando un día lindo, de esos que decía en la entrada anterior, sol y frío. Pero después de hablar de esos días, clásico, se empezó a nublar. Y cuando digo nublar no digo “ui, algunas nubes en el cielo, bien arriba”. No: quiero decir que de repente cae, literal, una nube en la tierra. Así, al ladito tuyo, una nube increíblemente densa, que no te deja ver a más de 10 metros aprox. Un minuto no está y el siguiente está. Y después se va de nuevo – siempre se termina yendo. Ah, estamos empezando a entender que acá las cosas cambian RÁPIDO. Viento, no viento, sol y lluvia todo al mismo tiempo. Granizo y nieve. Viento y nube. Nube zarpada y nube arriba y lluvia de nuevo. Y sol co lluvia (es un clásico – cielo azul sobre tu cabeza, sol radiante ahí nomás y lluvia que llega de vaya uno a saber qué nube, transportada por qué viento…). Ah, la gloria. Acá se ejercita, y mucho, la flexibilidad. Entonces: entendimos que no iba a caernos EL día perfecto asique dijimos: mañana salimos. Necesitábamos un día perfecto porque ibamos a la montaña – alta montaña. Y no queríamos que nos agarrara tormenta de nieve, esas cosas a las que todavía no estamos acostumbrados y no sabemos qué efecto tendrá sobre nosotros. Nos protegemos. Bueno, pero dijimos “mañana” y mañana era hoy y hoy estaba increíblemente ciclotímico el tema. Pero salimos igual: con lluvia, nubes, viento, sol, lluvia, bla bla bla. Los valientes, listos para enfrentar cualquier cosa (listos para volver si veíamos que no daba).  Con un pic nic y un mate preparados para cuando el hambre nos asaltara, nos mandamos. Subimos, todo bien. Buen camino, un sol tímido que empezó a pegar. Y subimos. Y subimos y cuando íbamos llegando al punto que habíamos decidido para parar y pic niquear, zaz, se larga la lluvia. Un lugareño (obviamente fue Tom el que socializó) nos dijo que era “tormenta, asique pasa y vuelve a salir el sol”. Lo que no nos dijo es que pasaba un buen rato después, cuando ya estuviéramos de nuevo en Esquel. Pero bueno, comimos bajo el techo de la cabaña de alta montaña y logramos el cometido: llenamos (sí señores, LLENAMOS) la caja de la camioneta, íntegra, de arena volcánica para mezclar con tierra y con bosta de caballo para hacer un lindo y sabroso suelo para nuestros árboles nativos que están prontos a llegar y que harán de una parte de nuestro terreno, un bosque nativo. En esas andamos. Cada árbol (140 en total: ñires, coihues, raulíes, robles pellín y maitenes) ya tiene su espacio asignado (gracias a la colaboración de Vale y Lepe, nuestros queridos bos) y estamos listos para traerlos del INTA y trasplantar. (Dato: nos trajimos una lenga de la alta montaña – la lenga e sun árbol que crece entre los 700 y los 1000 metros de altura. Entonces algunos dirán – eh! Pero eso no te va a crecer! Pues bien, nos disponemos a desafiar la naturaleza. Porque si hay algo lindo en esta región son las lengas en esta época: rojas algunas, naranjas flúo otras (muy 80s) y amarillas otras. Paisajes TRANCA por la alta montaña. Cuestión que nos vinimos a enterar que es ilegal llevarse la lenga, aunque sea de terreno propio. Y JUSTO nos vinimos a encontrar con un policía en el camino de vuelta a Esquel… ayudábamos a un pobre chofer de remis que se le fue el auto a la banquina y ahí viene la caminera. Se bajan ellos dos, soberbios, con el chaleco lleno de cartuchos de escopeta (explicame eso) y se ponen a ver qué onda. Trancas. Nosotros 4 empujando, los tipos mandan “bueno, si no sale así, usamos la soga que tenemos”. Sí sí, eso de “al servicio de la comunidad”, my ass con perdón de la palabra. La policía es lo mismo en cualquier lugar. Ahí cuando empezamos a empujar nos dijeron que nos fuéramos (las mujeres – claro, a la cuarta empujada, cuando el auto estaba por salir de la fosa, ahí entran ellos y se llevan los laureles) y salió el amigo remisero. Nos despedimos, nos fuimos a la camioneta y ahí empezó el gordito: “que si te agarran los de bosques no sé qué…” que esto es destrucción de la flora. Que de dónde viene y a dónde van. Que donde vive, cómo es su nombre. Y cuando concluía el cuestionamiento, Tom, con esa carita tan dulce que tiene le larga “suerte que estaban por acá”. Y uno no sabe si es irónico, si es serio, el cana no puede decir nada y nos rajamos antes de que dijera algo más. Gordito botón. La lenga está en casa, sana y salva. Los mantendremos al tanto de sus progresos a 350 metros de altura, sí señor).

Emocional: pura joia. El policía conspiró un ratito contra nuestra felicidad, pero no le vamos a dar el gusto, no?

Animal: Ajo se encontró con una perra en celo. No comments.

Vegetal: la rúcula del invernadero está cada vez más rica. Llamado a la solidaridad: necesitamos 3 telas anti-heladas (tela geo-textil dicen acá).  Al próximo visitante le pedimos que nos haga la gauchada… por ahora todo va bien, pero queremos prevenir, ¿vio?

Ambiental: los terrenos están genial, nada de mallín, nada de inundación. Sí, los caminos se encharcan un poco, pero a la super power Toyota Hilux megatron dot com no la para nada.

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